Pase lo que pase

Visitando el Museo de la Hidroaviación tropiezo con esta joya que no puedo evitar llevarme a casa.

Esta obra ilustrada nos traslada a los primeros tiempos del correo aéreo. Los pilotos son entonces aventureros (uno de ellos, el célebre Antoine de St. Exupery) que portan mensajes familiares, cartas de amor o contratos de negocios cruzando el el Atlántico o los Andes.

Lo hacen en aeronaves que, en la mayor parte de su recorrido, no tienen comunicación con tierra. Para ellos, la entrega de la valija es una misión a la que consagran su vida -algunos, con fatal desenlace.