Sublime

La historia  (y la manera de narrarla) hacen de esta lectura una auténtica maravilla que no me explico cómo no ha tenido una repercusión mayor. Está editada por Alfaguara y la traducción es de Luis Murillo.

 

El ambiente es el de la Croacia posterior a la guerra con Bosnia y los personajes son los habitantes de Gost, un pequeño pueblo en el que aún se palpan las consecuencias de la guerra: la división de la población que luchó en los dos bandos y la destrucción presente en los edificios y en el paisaje, donde la destrucción es casi invisible, como las de esos campos llenos de flores silvestres que nadie se atreve a pisar (Bajo esas flores se esconden minas antipersona que ya han rebanado las piernas a muchos niños y jóvenes del lugar)

 

Duro, el protagonista, es un joven que vive sólo con sus dos perros (su familia abandonó el pueblo hace años debido a la guerra) Duro lleva una vida gris: en el pueblo convive con gente que estuvo en uno y otro bando, así que, en su día a día, las relaciones se limitan a lo imprescindible y procura tener mucho cuidado al hablar si no quiere tener problemas.

 

Un buen día descubre que en una de las casas del pueblo, una casa abandonada y cargada de historia, hay una ventana abierta. Descubre entonces que una familia inglesa la ha comprado para pasar temporadas de vacaciones. La casa está muy deteriorada y Duro, que es un manitas, se ofrece para echarles una mano con las reparaciones. 

 

Es precisamente el contacto con esta familia, lo que hace que despierten muchos recuerdos (y también fantasmas) del pasado para Duro, pero también para otros de los habitantes del pueblo. Forna tiene una extraordinaria maestría para meternos de lleno en el ambiente de y la piel de los personajes. Esté un libro que me enganchó y que estoy convencido que volveré a leer.

 

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